La decisión de Salas: ¿Boca Juniors o River Plate?
Marcelo Salas se sinceró sobre uno de los momentos clave de su carrera: el día que le dijo no a Boca Juniors para fichar por su eterno rival, River Plate. El delantero chileno, recordado por su olfato goleador y por dejar huella tanto en Sudamérica como en Europa, confesó que su negativa con Boca no se debió a la camiseta, sino a los términos del contrato. "Cuando llegué a hablar con ellos, me dijeron que la operación era solo por seis meses a préstamo. Y yo ahí mismo respondí: 'no vengo a préstamo'. Así fue como terminó la historia: Boca no quiso comprarme y, en cambio, River sí lo hizo directamente", relató Salas en una entrevista reciente en Mega Deportes junto a Iván Zamorano, otro ícono del fútbol chileno.
Su elección fue pragmática. Salas dejó claro que el hecho de firmar en propiedad y no en calidad de cedido marcó su trayectoria e hizo la diferencia. Si Boca hubiese estado dispuesto a apostar por él desde el primer minuto, la historia del fútbol argentino también podría haber cambiado. Pero River se adelantó, y a partir de ese momento, el chileno escribiría sus mejores capítulos en el Monumental.
El camino hacia el éxito y una crítica al fútbol actual
Antes de aterrizar en Buenos Aires, Salas ya había demostrado de qué estaba hecho. Sus años en Universidad de Chile fueron una fábrica de goles: 98 tantos en solo dos años y medio. Ese impacto goleador no pasó desapercibido para los grandes del país vecino, pero también le sirvió como plataforma. "El proceso en la U y después el paso a Argentina me sirvieron mucho para llegar preparado a Italia", confesó Salas. Este enfoque gradual, de consolidarse a nivel local antes de mirar hacia afuera, es, según él, lo que más diferencia a su generación de las actuales.
Hoy, Salas observa un fenómeno distinto. "Ahora haces un par de goles y ya te vas a Italia o a algún club europeo. Pero cuando llegas allá, te encuentras con un contexto completamente diferente, sin minutos, te prestan a otros equipos y acabas regresando", criticó el ex mundialista. No es una cuestión de nostalgia, sino de realismo: los jóvenes se van antes de tiempo y esto les juega en contra.
El destino, además, le tenía reservada una ironía especial. Su primer gol con la camiseta de River Plate llegó nada menos que ante Boca Juniors en la Bombonera. Fue tras un pase de Ariel Ortega, Salas controló el balón, giró y la mandó a guardar. Ese tanto abriría una historia de gloria con la banda roja, consagrándose como uno de los grandes delanteros de los años noventa en Argentina.
Entre las anécdotas que flotaban en el ambiente, estaba el rumor de que Carlos Bilardo, entonces técnico de Boca, había sentenciado que "ningún chileno había triunfado en Argentina". Sobre esto, Salas corta por lo sano: "No tengo certeza de esas palabras y nunca me crucé con Bilardo para preguntarle". Lo cierto es que el paso del chileno por River Plate se encargó de desmentir cualquier mito o prejuicio.
Ya retirado como jugador, Salas sigue ligado al fútbol, ahora como presidente de Deportes Temuco. Pero su elección entre Boca y River, aquella decisión tomada sin vueltas y con convicción, sigue demostrando cómo un simple detalle contractual puede cambiar la historia de un futbolista y de dos clubes rivales.