El fútbol Sub 23, la categoría que reúne a los mejores jugadores menores de 23 años en competiciones internacionales y de desarrollo. También conocido como fútbol juvenil de élite, es donde se forjan las futuras estrellas que luego brillan en mundiales y ligas europeas. No es solo un paso previo al fútbol profesional: es un laboratorio de táctica, emoción y descubrimiento. En Chile, esta categoría ha cobrado más relevancia desde que la FIFA probó la tarjeta verde, un sistema de reconocimiento a la deportividad en partidos juveniles en el Mundial Sub 20 de 2025. Este cambio no es solo simbólico: está transformando cómo se entrena, se juzga y se valora el juego limpio en las categorías inferiores.
El fútbol Sub 23 no vive solo en torneos como la Copa Sudamericana Sub 23 o los preolímpicos de la Concacaf. También se juega en ligas nacionales, en selecciones nacionales que preparan a sus jugadores para los Juegos Olímpicos, y en clubes que usan esta categoría como puente entre las inferiores y el primer equipo. En América Latina, países como Argentina, Brasil y México han invertido fuerte en sus selecciones Sub 23, y sus resultados se reflejan en los mundiales mayores. Aquí en Chile, el trabajo en la base está ganando forma: jugadores que pasaron por el Sub 20 ahora son piezas clave en la Sub 23, y muchos de ellos ya tienen ofertas de clubes extranjeros. La FIFA, la máxima autoridad del fútbol mundial, que regula las competiciones juveniles y promueve innovaciones como la tarjeta verde ha puesto el foco en estos torneos, no solo por el deporte, sino porque son un termómetro del futuro del fútbol global.
Lo que encontrarás aquí no son solo resultados de partidos. Son historias de chicos que salen de barrios, entrenan con hielo en las piernas, y aún así se levantan para jugar con la camiseta de su país. Son técnicos que arman equipos con jugadores que nunca han visto un estadio lleno, pero que ya saben cómo leer un partido. Son clubes que descubren talentos en torneos regionales y los llevan al mundo. Aquí hay noticias de fichajes, de lesiones, de partidos clave, de jugadores que rompieron récords y de otros que simplemente dieron lo mejor de sí sin que nadie los viera. No es un mundo perfecto, pero es auténtico. Y es el futuro. Y está aquí, ahora.