Las hornets, avispas gigantes que pertenecen al género Vespa y son conocidas por su tamaño, agresividad y capacidad para atacar en grupo. También conocidas como avispones, son una de las especies más temidas en muchos países, pero también una de las más importantes para el equilibrio ecológico. A diferencia de las abejas, no polinizan flores en masa, pero sí controlan poblaciones de insectos dañinos como orugas, moscas y otros plagas que afectan cultivos y jardines. En Asia, donde son más comunes, incluso se usan como indicadores de salud ambiental: si desaparecen, algo anda mal en el ecosistema.
En Chile, los hornets, no son nativos, pero han sido avistados en zonas urbanas por error de identificación o por especies introducidas accidentalmente. Aunque no hay colonias establecidas, los reportes de avistamientos grandes —a menudo confundidos con avispas comunes— generan pánico. La realidad es que la mayoría de los casos son avispones europeos o incluso abejas carpinteras. Pero cuando sí aparecen, su picadura es más dolorosa que la de una abeja, y en casos raros pueden ser peligrosas para personas alérgicas. Lo que pocos saben es que estas avispas no atacan sin motivo: solo defienden su nido, y si lo encuentras, lo mejor es alejarte sin hacer movimientos bruscos. Su presencia en ciudades suele estar ligada a zonas con vegetación densa, árboles viejos o estructuras abandonadas donde construyen sus nidos esféricos de papel.
En los últimos años, los hornets, han sido parte de reportajes sobre invasiones biológicas y cambio climático. En Europa, las especies como la Vespa velutina han devastado colonias de abejas melíferas, lo que ha llevado a gobiernos a crear programas de vigilancia. En Chile, aunque no hay crisis, la preocupación crece porque los insectos invasores están llegando más rápido por el comercio global. Si ves un nido grande, de color grisáceo, colgado de un árbol o bajo un techo, no lo toques. Avísalo a las autoridades locales.
Lo que encontrarás aquí no son solo titulares sensacionalistas sobre avispas gigantes que atacan personas. Son historias reales: desde un reporte en Concepción donde un nido fue retirado de un techo de escuela, hasta el caso de un jardinero en Valparaíso que descubrió que las avispas estaban controlando una plaga de pulgones en sus rosales. Aquí hay ciencia, hay miedo, hay equilibrio. Y sobre todo, hay una lección: no todas las criaturas que nos asustan son enemigas. A veces, son las que mantienen el orden.
feb, 20 2025