Los Juegos Paralímpicos 2024, un evento deportivo internacional que reúne a atletas con discapacidad física, visual o intelectual para competir en niveles máximos de excelencia. También conocidos como los Juegos Paralímpicos, son la máxima expresión del deporte adaptado, una forma de competencia que adapta reglas, equipos y espacios para que personas con discapacidad puedan participar en igualdad de condiciones. Estos juegos no solo muestran velocidad, fuerza o técnica, sino también resistencia, coraje y la capacidad humana de superar límites.
En París 2024, más de 4.400 atletas de 180 países compiten en 22 deportes, desde el fútbol 5 hasta el remo en silla de ruedas. Cada prueba está diseñada para respetar las capacidades de cada atleta, pero sin sacrificar la intensidad. ¿Sabías que en el atletismo, los corredores ciegos van con un guía que corre al lado, conectado por una cuerda? O que en el baloncesto en silla de ruedas, los jugadores tienen una clasificación por nivel de movilidad para que el juego sea justo? Esto no es solo deporte: es justicia en acción. Y detrás de cada medalla hay historias de días sin luz, de rehabilitaciones largas, de familias que nunca dejaron de creer. El atleta paralímpico, una persona que entrena con la misma disciplina que un olímpico, pero muchas veces con menos recursos, menos visibilidad y más obstáculos sociales no busca lástima. Busca reconocimiento. Y en París, lo van a conseguir.
Porque cambian cómo vemos la discapacidad. Cuando un atleta sin piernas salta más alto que muchos con ellas, o cuando una mujer con parálisis cerebral gana una medalla de oro en natación, lo que se rompe no es un récord: se rompe un prejuicio. La sociedad empieza a preguntarse: ¿por qué antes pensamos que la discapacidad era un límite? ¿Por qué no vimos antes que era solo otra forma de ser humano? Los Juegos Paralímpicos no son un evento aparte. Son un espejo. Y en ese espejo, todos vemos lo que realmente vale: el esfuerzo, la determinación, la pasión. En Chile, cada vez más jóvenes con discapacidad se animan a entrenar, gracias a lo que ven en París. Y eso, más que una medalla, es un cambio real.
Lo que encontrarás aquí son las historias más cercanas, los momentos que no viste en la tele, los atletas que nadie te presentó, y los detalles que hacen que estos juegos sean únicos. No son solo resultados. Son vidas. Y cada una de ellas merece ser contada.