Cuando hablamos de La Divina Comida, una expresión que une la tradición, la espiritualidad y el placer de comer en la cultura latinoamericana. También conocida como la comida que trasciende el sabor, no es solo lo que se sirve en la mesa, sino lo que se celebra, se hereda y se defiende en cada fiesta, ritual o reunión familiar. En Chile y más allá, esta idea se vive en cada feria, cada receta que pasa de abuela a madre, y en cada plato que une a una comunidad.
Desde la Feria de Santos, un evento medieval en Potes, Liébana, donde la gastronomía se mezcla con la historia y la identidad regional, hasta los canto a lo poeta en el Metro de Santiago, donde la comida y la palabra se entrelazan en décimas, La Divina Comida es un puente entre lo cotidiano y lo sagrado. No es casualidad que cuando hay un cambio en la política, como en las protestas de la Generación Z en Lima contra reformas de pensiones, la gente se reúne a comer. Cuando hay un desalojo en La Florida, las familias llevan sus ollas. Cuando un equipo como América de Cali pierde ocho partidos, los hinchas aún se juntan a compartir empanadas. La comida no espera a que todo esté bien. Ella está ahí, siempre.
En esta colección, encontrarás historias reales de cómo la comida mueve ciudades, salva tradiciones y desafía el olvido. Desde el turismo en Liébana hasta los eventos gastronómicos que acompañan conciertos en el Estadio Monumental, pasando por las nuevas generaciones que redescubren recetas ancestrales. No hay aquí recetas de cocina, pero sí relatos de personas que hacen de cada comida un acto de resistencia, alegría o memoria. Lo que comes hoy puede ser el último eco de una tradición que nadie más recuerda. O puede ser el inicio de algo nuevo, que mañana se convierta en leyenda.
sep, 1 2024