Una lesión facial, un daño físico en la cara que puede afectar huesos, piel, nervios o funciones como hablar, comer o ver. Also known as daño facial, it can result from accidents, violence, sports injuries, or even medical complications. No es algo que se cura solo con un vendaje: cambia la forma en que te miras, en que te miran los demás, y en cómo te mueves por el mundo. Esta no es una herida que se esconde bajo un gorro o unas gafas de sol. Es una herida que te sigue a la calle, al trabajo, a la tienda, a la reunión familiar. Y aunque la piel se cierre, el impacto emocional y social puede durar mucho más.
Las lesiones faciales, incluyen fracturas de mandíbula, nariz o órbita ocular, cortes profundos, quemaduras o daños nerviosos que afectan la expresión facial. Muchas veces vienen de accidentes de tránsito —una colisión, una caída en moto— o de golpes en el deporte, como el fútbol o el boxeo. Pero también hay casos de violencia doméstica, agresiones callejeras, o incluso errores médicos durante cirugías. Lo que todos tienen en común es que no solo dañan el cuerpo: dañan la identidad. Una persona con una lesión facial puede perder confianza, evitar espejos, dejar de salir, incluso dejar de trabajar. Y eso no se arregla con medicamentos. Se necesita rehabilitación facial, un proceso multidisciplinario que incluye fisioterapia, psicología, logopedia y cirugía reconstructiva. En Chile, pocos saben que existen programas públicos que ayudan con esto, pero la mayoría de los afectados no los conocen hasta que ya es tarde.
La cirugía reconstructiva, una especialidad médica que repara estructuras faciales dañadas, restaurando función y apariencia. no es estética. No se trata de lucir más joven o más guapo. Se trata de volver a masticar sin dolor, de cerrar los ojos sin que se sequen, de sonreír sin que te tembla la boca. Y aunque los medios rara vez hablan de esto, hay personas en Chile que viven con estas heridas todos los días. Algunas las ocultan con maquillaje, otras con bufandas, otras simplemente con silencio. Lo que sí sabemos es que muchas de ellas no reciben el apoyo que necesitan. No porque no lo merezcan, sino porque el sistema no está preparado para verlas.
En esta colección de notas, encontrarás historias reales de personas que han pasado por esto. No son casos raros. Son personas que viven en Santiago, en Valparaíso, en Concepción. Algunas lograron recuperarse. Otras siguen luchando. También hay reportes sobre avances médicos, cómo acceder a tratamientos públicos, y qué hacer si te ocurre a ti o a alguien que conoces. No es un tema de moda. Es un tema de vida. Y si estás leyendo esto, es porque ya sabes que una lesión facial no es solo una herida. Es un cambio que merece ser entendido, no ignorado.