Libia es un país en el norte de África, una nación rica en petróleo pero dividida por décadas de guerra civil y poderes rivales. También conocida como la puerta de entrada al Sahara, su historia reciente se define por la caída de Muamar Gaddafi en 2011, un golpe que no trajo paz, sino una lucha por el control entre milicias, gobiernos paralelos y actores extranjeros. Desde entonces, Libia ha sido escenario de una crisis que no termina: dos gobiernos rivales, uno en Trípoli y otro en el este, luchan por legitimidad, mientras grupos armados controlan ciudades, rutas de migración y campos petroleros. La comunidad internacional ha intentado mediar, pero cada acuerdo se desmorona como un castillo de arena bajo el viento del desierto.
Lo que muchos no ven es que detrás de los titulares de guerra hay una crisis humanitaria silenciosa. Familias enteras huyen de los bombardeos, niños crecen sin escuelas, y los hospitales funcionan con velas y baterías. Las redes de tráfico de personas pasan por Libia como si fuera un paso obligado hacia Europa, y los refugiados son encerrados en centros donde la violencia es cotidiana. La ONU ha documentado abusos sistemáticos, pero las sanciones y las promesas de ayuda no llegan a tiempo. Mientras tanto, Turquía, Emiratos Árabes, Rusia y otros países siguen enviando armas, mercenarios y dinero a sus aliados locales, convirtiendo a Libia en un campo de batalla por poder, no por ideología.
Lo que sí es claro: Libia no es un país olvidado. Es un país que sigue marcando el ritmo de las tensiones en el Mediterráneo y el norte de África. Las decisiones que se tomen aquí afectan el precio del petróleo, el flujo de migrantes hacia Europa y la estabilidad de países vecinos como Túnez y Egipto. En esta colección, encontrarás reportajes reales sobre los últimos eventos: desde los intentos de elecciones suspendidas hasta los enfrentamientos en ciudades como Sirte y Benghazi, pasando por el papel de las milicias y las consecuencias para la gente común. No hay análisis teóricos ni comentarios vacíos. Solo lo que está pasando, en el presente, con nombres, lugares y hechos reales.