Linkin Park, una banda estadounidense que fusionó rap, metal y electrónica para crear un sonido único en los años 2000. También conocida como LP, fue una de las bandas más influyentes de su época, llevando el rock alternativo a las listas de éxitos globales con discos como Hybrid Theory y Meteora. No era solo música: era una voz para quienes se sentían fuera de lugar, con letras que hablaban de dolor, lucha y superación. Su sonido no encajaba en una caja, y por eso funcionaba tan bien.
Detrás de ese sonido estaban Chester Bennington, el vocalista cuyo grito emocional conectó con millones, y Mike Shinoda, el rapero, productor y compositor que daba estructura a la locura. Juntos crearon un puente entre géneros que antes no se hablaban: el rap de la costa oeste, el metal de los 90 y los sintetizadores de la electrónica. Esa mezcla no fue casual: fue una respuesta a un mundo que ya no sonaba como antes. Y cuando Chester cantaba “I’ve got a long way to go”, no era solo una letra: era un grito colectivo.
El legado de Linkin Park no se mide solo en ventas o premios, sino en cómo sigue vivo en las playlists de quienes crecieron con ellos. Aún hoy, jóvenes descubren Crawling o Numb y sienten que alguien entendió lo que ellos callaban. La banda dejó de tocar en vivo después de la muerte de Chester en 2017, pero su música sigue siendo un refugio. Y aunque ya no hay nuevos álbumes, las historias que giran en torno a ellos —desde conciertos inolvidables hasta tributos en redes— siguen apareciendo, como si la banda nunca se hubiera ido.
En esta colección, encontrarás noticias que conectan con ese mundo: desde conciertos que rinden homenaje a su música, hasta artistas que citan a Linkin Park como inspiración. También hay reportajes sobre cómo su legado influye en nuevas generaciones de músicos, y cómo sus letras siguen resonando en momentos de crisis. No es solo sobre una banda. Es sobre cómo la música puede marcar una época, y cómo, incluso después de que se apaguen los micrófonos, el eco sigue siendo fuerte.