Un padre, la figura que a menudo guía, desafía o deja huella en la vida de sus hijos, sin importar si está presente o no. También es un símbolo de autoridad, responsabilidad y, a veces, de ausencia. En muchas culturas, incluida la chilena, ser padre no es solo una condición biológica: es un rol que se construye con decisiones, silencios, gritos y gestos pequeños que terminan marcando para siempre. Este concepto aparece en las noticias no solo como tema sentimental, sino como eje de conflictos sociales, políticos y deportivos. Cuando un líder como Javier Milei usa un concierto de rock para reactivar su campaña, no solo busca votos: está construyendo una imagen de padre fuerte, disruptivo, que no pide permiso. Cuando Arturo Vidal apoya a Fernando Ortiz en Colo Colo, no solo habla de fútbol: está hablando de quién toma el timón cuando el equipo se pierde, como un padre que vuelve a enseñar el camino.
La figura del padre, una autoridad que puede ser respetada, rechazada o idealizada. También es figura paterna, un referente que influye en cómo se entiende el liderazgo, la disciplina y el legado aparece en los escándalos: cuando una directora de Sernameg es acusada de falsificar pruebas, el público pregunta quién está protegiendo a quién. En las protestas de la Generación Z en Lima, los jóvenes no solo rechazan reformas de pensiones: están cuestionando el modelo de herencia económica que sus padres les dejaron. Y en las tomas de La Florida, cuando 193 familias enfrentan el desalojo, no solo se habla de vivienda: se habla de padres que luchan por dar un techo a sus hijos, sin subsidios, sin respuestas, solo con dignidad.
El padre, una figura que se define más por lo que hace que por lo que dice también está en los estadios. Cuando Djokovic lleva a su hijo a ver una final de Davis Cup, no solo es un fan: es un modelo. Cuando un jugador como Gleyfer Medina cambia de equipo, no solo busca un contrato: busca una nueva identidad, tal vez como un hijo que quiere salir del sombra de un padre famoso. Y cuando se habla de herencia —como en la venta de acciones de Latam o en la lucha por la democracia en Venezuela—, siempre se pregunta: ¿qué les dejamos a los que vienen después?
En esta colección de noticias, el padre no aparece como un símbolo idealizado. Está en las decisiones difíciles, en las ausencias, en las peleas, en los gestos silenciosos que cambian vidas. Aquí encontrarás historias reales: de hombres que guían, que fallan, que luchan, que se van, que regresan. No son héroes ni villanos. Son personas. Y en cada una de estas historias, hay un padre —o la ausencia de uno— que marca la diferencia.