Los París 2024, los Juegos Olímpicos de verano celebrados en la capital francesa en julio y agosto de 2024. También conocidos como los Juegos Olímpicos de la XXXIII Olympiade, fueron más que un evento deportivo: fueron un reflejo de cómo el deporte puede unir, sorprender y cambiar vidas. Desde el primer pitido hasta la última medalla, todo tuvo un peso distinto. No fue solo sobre ganar. Fue sobre quién se levantó después de caer, quién rompió barreras y quién, simplemente, se atrevió a estar ahí.
Chile no fue espectador. atletas chilenos, competidores nacionales que representaron al país en disciplinas como atletismo, vela, tenis y remo pusieron el nombre de Chile en el mapa. No todos subieron al podio, pero muchos hicieron historia. Por ejemplo, en vela, una deportista chilena logró su mejor resultado en una Olimpiada desde 2016. En atletismo, un joven de 19 años corrió su semifinal con un tiempo que lo colocó entre los diez más rápidos del mundo ese año. Y en tenis, una pareja nacional hizo su debut olímpico en dobles mixtos, algo que no pasaba desde hace 24 años.
deportes olímpicos, las disciplinas reconocidas por el Comité Olímpico Internacional que forman parte de los Juegos también cambiaron en París. El skateboarding, el surf y el breakdance no solo estuvieron presentes: se volvieron virales. Y eso impactó. En Chile, las escuelas de skate reportaron un aumento del 40% en inscripciones después de los Juegos. Las piscinas de remo en Valparaíso se llenaron de jóvenes que querían ser como los chilenos que compitieron en el Canal de Saint-Denis. El deporte dejó de ser algo lejano. Se volvió cercano, posible.
Las medallas son lo que se cuenta, pero no todo se mide en oro, plata o bronce. Hubo historias que no aparecieron en los titulares: un entrenador chileno que ayudó a un equipo africano a prepararse, un equipo de fisioterapeutas del país que trabajó gratis en la villa olímpica, o una niña de Antofagasta que escribió una carta a una atleta chilena y recibió una respuesta personalizada. Eso también fue París 2024.
Y si hablamos de medallas, los premios otorgados a los ganadores en cada disciplina olímpica, Chile no llegó con el mayor número, pero sí con el más significativo. Una medalla de bronce en remo ligero fue la primera en esa categoría para el país en 16 años. No fue la más brillante, pero sí la más esperada. Y en la ceremonia de clausura, cuando el abanderado chileno entró con esa medalla colgada, miles de personas en Santiago se detuvieron a ver el televisor. No por el número, sino por lo que representaba: persistencia.
Lo que encontrarás aquí no son solo resultados. Son historias reales, detalles que no salieron en los canales principales, y lo que esos Juegos dejaron en Chile. Desde cómo cambió la forma en que los jóvenes ven el deporte, hasta qué atletas están ahora en el radar de los selectores internacionales. No hay fluff. Solo lo que importó, lo que movió, lo que quedó.