Steve McQueen, actor estadounidense que definió el prototipo del héroe silencioso y auténtico en el cine del siglo XX. También conocido como el rey del cool, no solo actuaba en películas: vivía cada rol con una intensidad que pocos lograron igualar. No necesitaba gritos ni gestos exagerados. Con una mirada, un cigarrillo al borde de los labios o el sonido de un motor acelerando, él lo decía todo.
McQueen no era un actor convencional. No se afiliaba a los estudios ni firmaba contratos largos. Prefirió hacer sus propias películas, a menudo conduciendo sus propios coches en escenas peligrosas, saltando de aviones sin dobles, y rechazando efectos especiales por autenticidad. Su película más famosa, Bullitt, la cinta de persecución en coche que cambió para siempre la forma en que se filmaban las secuencias de acción, no usó efectos. El famoso chase de San Francisco fue hecho con un Ford Mustang GT390 real, conducido por él mismo, y grabado con cámaras montadas en los vehículos. Eso no era cine: era un desafío al límite.
Y no solo era un hombre de coches. Su papel en The Great Escape, la épica fuga de prisioneros de guerra durante la Segunda Guerra Mundial, lo convirtió en un símbolo de resistencia y determinación. En Le Mans, la película que recrea la famosa carrera de autos en Francia, se metió de lleno en el mundo del automovilismo, trabajando con pilotos reales y filmando en plena competencia. No era un actor que fingía ser piloto: era un piloto que actuaba.
Su estilo, su actitud, su rechazo al Hollywood convencional, lo hicieron un ícono de la cultura pop. Años después, actores como Ryan Gosling, Chris Hemsworth o incluso Tom Hardy han dicho que imitan su forma de estar en pantalla: sereno, directo, sin excesos. Su legado no está en los premios, sino en lo que inspiró. Hoy, cuando ves una persecución en una película, o un héroe que no habla mucho pero lo hace todo, estás viendo a Steve McQueen.
En esta colección de artículos, encontrarás historias que giran en torno a su influencia: desde películas que rinden homenaje a su estilo, hasta coches que llevan su nombre, y actores que heredaron su espíritu. No es solo sobre un hombre que actuó. Es sobre un modelo de vida que sigue vivo en cada motor que arranca y cada mirada que desafía.