Los vehículos eléctricos, automóviles que se mueven con energía almacenada en baterías en lugar de combustible fósil. También conocidos como EV, no emiten gases de escape y son cada vez más comunes en las calles de Santiago y otras ciudades chilenas. A diferencia de los autos normales, no necesitan aceite, ni tubos de escape, ni motores de combustión interna. Su motor funciona con electricidad, y eso cambia todo: desde cómo los llenas de "combustible" hasta cuánto te cuesta mantenerlos.
Lo que muchos no saben es que estos autos no solo son mejores para el medio ambiente, el entorno natural que se ve afectado por la contaminación del aire y el cambio climático. También están impulsando cambios en la infraestructura del país. En Chile, ya hay estaciones de carga en centros comerciales, estacionamientos públicos e incluso en algunos hogares. Y no es solo un tema de lujo: empresas de reparto, taxis y hasta la municipalidad de Santiago están incorporando flotas eléctricas para reducir costos y contaminación. Las baterías, dispositivos que almacenan energía para mover el auto sin necesidad de combustible son el corazón de estos vehículos, y su durabilidad y tiempo de carga siguen mejorando cada año. Algunos modelos nuevos pueden recorrer más de 400 km con una sola carga, algo que hace cinco años parecía ciencia ficción.
¿Y qué pasa con la carga? No necesitas ir a una estación de gasolina. Puedes cargar tu auto en casa, como si cargas tu celular. En el trabajo, en el supermercado, o en una estación pública. El problema no es la tecnología, sino la red: todavía hay zonas del país donde no hay suficientes puntos de carga, y eso asusta a quienes dudan. Pero eso está cambiando. El gobierno ha lanzado planes para instalar miles de cargadores en los próximos años, y empresas privadas también están invirtiendo. Lo que ves en las noticias no son solo autos nuevos: son decisiones reales que están redefiniendo cómo nos movemos en Chile.
En esta colección de noticias, encontrarás reportes sobre cómo se están usando estos vehículos en la vida real: desde nuevos modelos que llegan al mercado, hasta polémicas por el costo de las baterías, la expansión de las estaciones de carga, y cómo las empresas y gobiernos locales están adaptándose. No son artículos técnicos aburridos. Son historias de personas, ciudades y empresas que ya están cambiando.