Las cámaras, dispositivos que capturan imágenes y video para registrar eventos en tiempo real. También conocidas como cámaras de video, son hoy tan comunes como el teléfono móvil, pero su impacto va mucho más allá de los selfies. Son las que transmiten el gol de Lucas Assadi en Coquimbo, que graban el desalojo en La Florida, y que hasta filman el concierto de Kendrick Lamar en el Estadio Monumental. Sin ellas, las noticias no existirían tal como las conocemos.
En deporte, las cámaras, herramientas clave para la transmisión en vivo y el análisis de jugadas. También conocidas como cámaras de televisión deportiva, permiten que veas cada detalle: desde la remontada de João Fonseca en la Davis Cup hasta el tercer gol de Honduras contra Haití. En seguridad, las cámaras, sistemas de vigilancia que protegen comunidades y documentan incidentes. También conocidas como cámaras de seguridad, fueron fundamentales en el simulacro de tsunami en Valparaíso y en la investigación del delito informático en Sernameg Bío Bío. Y en la cultura, no hay Canto a lo Poeta en el Metro sin una cámara que lo preserve para la historia.
Lo que ves en pantalla no es casualidad. Detrás de cada imagen hay una decisión: qué ángulo elegir, cuándo grabar, qué dejar fuera. Las cámaras no solo registran, también cuentan. En el Metro de Santiago, una cámara filma el concierto de Kendrick Lamar y también el corte de agua en Macul. En el Estadio Akron, graban el empate entre México y Ecuador, y en el Movistar Arena, captan el rock de Javier Milei como si fuera un partido decisivo. Estas no son solo máquinas: son testigos silenciosos de lo que pasa en Chile y más allá.
Lo que encontrarás aquí no son solo titulares. Son historias que solo se pueden contar con una cámara encendida. Desde el regreso de Ivana Baquero al cine español hasta la transmisión en vivo de Colo Colo Femenino, cada noticia tiene un video, un ángulo, un momento que se perdió si no se grabó. Aquí no hay suposiciones. Solo lo que las cámaras vieron.