Metro de Santiago: el pulso de la ciudad que nunca duerme

Metro de Santiago, el sistema de transporte subterráneo más grande y usado de Chile, que conecta 13 líneas y más de 140 estaciones desde Puente Alto hasta Lo Prado. También conocido como el subte, es el eje central de la movilidad diaria de más de 2 millones de personas que lo usan para ir a trabajar, estudiar o salir de paseo. Sin él, Santiago se paralizaría.

El Metro de Santiago no es solo un tren. Es un escenario vivo donde ocurren cosas que van mucho más allá de los horarios de salida y llegada. En 2025, una intervención cultural llevó el Canto a lo Poeta a sus pasillos, con poetas vivos recitando décimas frente a viajeros apurados. Fue una forma sencilla, real y hermosa de recordar que este espacio no solo mueve cuerpos, sino también cultura. Y no es la primera vez: desde cortes de agua en comunas como Macul o Recoleta hasta simulacros de terremoto organizados por el Senapred que incluyen evacuaciones en estaciones clave, el Metro es parte de la respuesta ciudadana ante los desafíos de la capital.

La infraestructura también evoluciona. Cámaras con inteligencia artificial para prevenir incendios se instalaron en puntos estratégicos como el Sky Costanera, cerca de estaciones como Baquedano, para proteger zonas densamente pobladas. Mientras tanto, los usuarios siguen exigiendo más frecuencia, menos retrasos y mejor mantenimiento. El Metro no es perfecto, pero es indispensable. Cada día, millones confían en él. Y cada noticia que lo involucra —ya sea una donación de libros en la estación Los Héroes, un corte programado por Aguas Andinas que afecta zonas cercanas, o un evento artístico que lo convierte en escenario— nos recuerda que este sistema es más que acero y electricidad: es un reflejo de lo que somos como ciudad.

Lo que encontrarás aquí no son solo reportes técnicos o anuncios de horarios. Son historias reales que pasan bajo tierra: desde protestas que se extienden hasta las salidas del Metro, hasta celebraciones que lo llenan de música y poesía. Aquí verás cómo el transporte público se entrelaza con la política, la cultura y la vida cotidiana. No hay nada más chileno que tomar el metro y encontrarte con una canción inesperada, un volante de denuncia o un vecino que te saluda como si te conociera desde siempre.