Sernameg Bío Bío: la entidad que protege a la región de los desastres

Sernameg Bío Bío, el servicio regional de prevención y respuesta a emergencias de la Región del Biobío. Es la misma entidad que, en 2025, coordinó el megasimulacro de terremoto y tsunami en Valparaíso, aunque su alcance llega mucho más allá: desde la evacuación de tomas en La Florida hasta la vigilancia de incendios en la cordillera. También es quien trabaja de la mano con Senapred, el servicio nacional, para anticipar riesgos antes de que se conviertan en tragedias.

Si vives en Concepción, Talcahuano, Chillán o cualquier comuna de la región, Sernameg Bío Bío es la primera línea de defensa cuando la naturaleza se descontrola. No solo responde: previene. Instala sensores en zonas de aluvión, monitorea la humedad del suelo en las laderas de Los Ángeles, y en 2025, incluso ayudó a decidir el desalojo de 193 familias en la toma Dignidad, por el peligro real de un deslizamiento. Su trabajo no es solo técnico, es humano. Y no siempre es popular. Cuando cortan el agua en Macul o anuncian un simulacro que interrumpe tu rutina, muchos lo ven como molestia. Pero cuando pasa algo grande —como un incendio que amenaza a Sky Costanera o un tsunami que se acerca—, todos recuerdan que sin ellos, la situación sería mucho peor.

Lo que hace único a Sernameg Bío Bío es que no actúa solo. Trabaja con Carabineros, con la municipalidad de La Florida, con CONAF, y con empresas como Cencosud, que financian cámaras de IA en puntos críticos. Es una red de acción que se mueve en silencio, pero que cada año se vuelve más visible. Por eso, en esta colección de noticias, encontrarás cómo su labor se entrelaza con lo que pasa en la región: desde evacuaciones hasta simulacros, desde alertas de incendios hasta la lucha por recursos que nunca llegan a tiempo. No es solo una institución: es la respuesta de una región que aprendió, a base de dolor, que no se puede confiar en la suerte.

Lo que verás aquí no son solo titulares. Son historias reales de decisiones tomadas bajo presión, de familias que perdieron sus casas, de técnicos que trabajan sin descanso, y de cómo una entidad regional puede marcar la diferencia entre el caos y la supervivencia.