El camino a las semifinales
El viernes 25 de septiembre de 2025, el estadio Francisco Sánchez Rumoroso vibró con la pasión de los aurinegros. Tras empatar 0-0 en la ida contra Alianza Lima en Lima, Universidad de Chile necesitaba romper el silencio para seguir viva en la Copa Sudamericana. Fue Lucas Assadi quien, a los cinco minutos del partido, alzó la cabeza y mandó el balón al fondo de la red, desatando la euforia del público local.
El gol tempranero cambió la dinámica del encuentro. Alianza Lima, pese a la presión, buscó la respuesta, pero la defensa chilena se mantuvo compacta y el mediocampo controló los ritmos. En el segundo tiempo, Javier Altamirano capitalizó una jugada de contragolpe y, con un disparo potente desde fuera del área, amplió la ventaja en el minuto 51. El tanto fue suficiente para que el conjunto de Santiago se acomodara con tranquilidad.
El equipo peruano recortó en los minutos finales, pero el 2-1 global quedó sellado. Con esta victoria, Universidad de Chile rompió una sequía de 14 años sin llegar a la fase semifinal del torneo continental, una hazaña que revivió los recuerdos de la campaña de 2011 y encendió de nuevo la llama de la ilusión entre sus seguidores.

Próximo desafío contra Lanús
El próximo obstáculo se presenta en forma del club argentino Lanús, que también avanzó a semifinales tras vencer a su rival en la fase previa. Los partidos se disputarán en dos fechas: la ida del 21 al 23 de octubre y el regreso del 28 al 30 del mismo mes. Ambas confrontaciones prometen ser intensas, ya que Lanús llega con una plantilla equilibrada y experiencia en torneos internacionales.
Para Universidad de Chile, el secreto recaerá en mantener la solidez defensiva mostrada contra Alianza Lima y volver a conjugar la eficacia ofensiva de Assadi y Altamirano. El técnico dirigirá sesiones tácticas centradas en la presión alta y la rápida recuperación del balón, elementos que fueron determinantes en Coquimbo.
Los hinchas de la Universidad ya hablan de una posible campaña histórica. Las redes sociales se llenan de mensajes de apoyo, y la venta de entradas para los partidos contra Lanús ha superado expectativas, evidenciando el deseo de la afición de acompañar al equipo hasta el final.
Si la escuadra chilena supera al rival argentino, el escenario será Asunción, Paraguay, donde el 22 de noviembre se decidirá el campeón de la Copa Sudamericana. El cambio de sede, anunciado por CONMEBOL el pasado 11 de septiembre, trasladó la final al Estadio Defensores del Chaco, un recinto con capacidad para más de 40.000 espectadores y una atmósfera que promete ser electrizante.
Para los jugadores, alcanzar la final significaría no solo un logro personal, sino la confirmación de años de trabajo y reconstrucción del proyecto deportivo del club. Desde la dirección técnica hasta la plantilla, todos buscan poner fin a la sequía de títulos internacionales y volver a colocar a Universidad de Chile en el mapa del fútbol sudamericano.
El reto es enorme, pero la convicción y la energía que mostraron en Coquimbo indican que el equipo está listo para pelear cada balón. La historia está en marcha, y los seguidores esperan con ansias el próximo capítulo de esta aventura continental.